Entre pinos y rocas , montañas y mares, deseos y olvido, me invento los abrazos que no diste , los besos que te llevaste , las noches que robaste , tu corazón blindado y tu fuga fugaz. Entre pinos y rocas, entre luces y sombras, desde el alba al olvido, de tu adiós sin despido , me invento los versos que claman con llanto tu silencio callado y tu distancia infinita, y así es como fue y así fue como es.
Y me invento que soñabas con ser y creías volar, aunque ahora sé que no eras , ni volaste, quizá.
Entre pinos y luces recuerdo tus sombras , sin saberlas oscuras intenté iluminarlas , y ahora sé que la penumbra no dejó pasar la luz, que la maleza revestía tu alma adornada por una sonrisa que nunca fue, quizá.
Siente la vida, no te olvides de vivirla te recordé , mientras sentí que no sentías, mientras creía que te alejabas cuando ya te habías fugado.
Nos faltó un beso de caramelo y un te extraño de desvelo, un paseo al amanecer, nos faltó amanecer. Los dioses moraban en su casa, y ella decidió ir a buscarlos afuera, puede que fuera eso y se fue.
Pero los dioses no perdonan que te vayas, y así fue como es. Que no te falte nunca una noche sin dormir. Y aún es más grande el honor cuando entregas tu última gota incluso sabiendo de antemano el final , fugaz y final, destino sin destino, viaje con fin, y los dioses , que lo saben, no perdonan.
Nos faltó un hasta mañana.
El amor no se elige, te elige, el destino no te elije, se elije. El amor no se sueña, se siente , los besos no se roban , se dan, los días no se van , se despiden, y ella se fue, y yo decidí ponerme a escribir.
